El régimen franquista se sirvió de mitos para perpetuar su existencia y granjearse el apoyo de gran parte de la población. Durante la contienda, las exposiciones de propaganda tuvieron un papel esencial para activar a las masas hacia determinadas acciones u opiniones; y para que la sociedad “recordarse” los motivos de su causa, el carácter de la misma (la relevancia del concepto de Cruzada) y, sobre todo, contra quién se combatía. Para las autoridades del bando nacional el olvido era un concepto que no tenía cabida en su diccionario, era imposible aparcar del presente los años de gobierno republicano (y más allá) así como el papel de los partidos y organizaciones de izquierdas. Este pasado se manipula, se tergiversa en beneficio propio y se constituyen “memorias inventadas” que se intentan perpetuar mediante todo tipo de conmemoraciones, monumentos, literatura o actos públicos de denuncia del enemigo. Durante la Guerra Civil, en las ciudades y villas republicanas que cayeron en manos rebeldes, se hizo patente una cultura visual de ocupación. Calles, fachadas, balcones, muros… fueron inundados de carteles y fotografías sobre Franco, sobre los símbolos de la Nueva España así como continuos ataques al bolchevismo en forma de ilustraciones y carteles propagandísticos. Igualmente, se proyectaron por las diferentes salas cinematográficas de las grandes urbes “reconquistadas” (Barcelona, Madrid) documentales sobre las “gestas” del Ejército nacional, de los crímenes contra civiles por las “hordas comunistas”, los efectos de los bombardeos republicanos… Para que el gran público tuviese consciencia del valor y esfuerzo de los Ejércitos franquistas se organizaron diferentes exposiciones por toda España donde se mostraban las armas capturadas al adversario, auténticos trofeos de guerra, que servían para reforzar las cualidades de sus tropas y atacar la colaboración que las republicanas recibían, principalmente, de la URSS. Todos estos aspectos son analizados en el presente capítulo.Vencedores y vencidos. Las exposiciones franquistas sobre armamento enemigo durante la guerra civil
El régimen franquista se sirvió de mitos para perpetuar su existencia y granjearse el apoyo de gran parte de la población. Durante la contienda, las exposiciones de propaganda tuvieron un papel esencial para activar a las masas hacia determinadas acciones u opiniones; y para que la sociedad “recordarse” los motivos de su causa, el carácter de la misma (la relevancia del concepto de Cruzada) y, sobre todo, contra quién se combatía. Para las autoridades del bando nacional el olvido era un concepto que no tenía cabida en su diccionario, era imposible aparcar del presente los años de gobierno republicano (y más allá) así como el papel de los partidos y organizaciones de izquierdas. Este pasado se manipula, se tergiversa en beneficio propio y se constituyen “memorias inventadas” que se intentan perpetuar mediante todo tipo de conmemoraciones, monumentos, literatura o actos públicos de denuncia del enemigo. Durante la Guerra Civil, en las ciudades y villas republicanas que cayeron en manos rebeldes, se hizo patente una cultura visual de ocupación. Calles, fachadas, balcones, muros… fueron inundados de carteles y fotografías sobre Franco, sobre los símbolos de la Nueva España así como continuos ataques al bolchevismo en forma de ilustraciones y carteles propagandísticos. Igualmente, se proyectaron por las diferentes salas cinematográficas de las grandes urbes “reconquistadas” (Barcelona, Madrid) documentales sobre las “gestas” del Ejército nacional, de los crímenes contra civiles por las “hordas comunistas”, los efectos de los bombardeos republicanos… Para que el gran público tuviese consciencia del valor y esfuerzo de los Ejércitos franquistas se organizaron diferentes exposiciones por toda España donde se mostraban las armas capturadas al adversario, auténticos trofeos de guerra, que servían para reforzar las cualidades de sus tropas y atacar la colaboración que las republicanas recibían, principalmente, de la URSS. Todos estos aspectos son analizados en el presente capítulo.Universidad de Almería
2014
149-170
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